"Cuando bebes champagne, bebes champagne, y cuando bebes cristal, debes decir
que bebes cristal." Quentin
Tarantino ( Four Rooms - 1995 )
Permítanme
empezar este articulo con esta celebre frase del director estadounidense en
unas de sus obras maestras, en las que en repetidas ocasiones eleva las
cualidades del champagne. Nuevamente el
Grupo Federico Flores, Restaurante Los Baltazares y, en esta ocasión, el Grupo
Primeras Marcas, hicieron realidad un encuentro ideal en el que un icono de la
restauración sevillana y unas de las bodegas de champagnes más emblemáticas del
mundo fueron sinónimos de noche perfecta. Jordi Monroig, Grand Ambassador de
Louis Roederer, guió los sentidos de los comensales en un recorrido por la
selección de los cuatro champagnes más identificativos de la casa armonizados
por los platos de Juan Carlos Fernández, chef y co-propietario del restaurante.
El único requisito era dejarse llevar.
Louis
Roederer fue fundada en 1776 y está actualmente dirigida por la sexta generación
de la familia. En 1876, a petición del Zar Alejandro ll, se crea la Cuvée
Cristal, para consumo exclusivo de los Zares de Rusia, dando lugar al nacimiento
del concepto de "Cuvée de Prestigio" elaborándose a día de hoy con el
mismo esmero y la misma exigencia que se dedicaba al Zar hace más de un siglo.
La empresa cuenta con 214 hectáreas propias, donde se cuida al más mínimo
detalle la calidad del producto.
Comenzamos
con el Brut Premier, uno de los buques insignia de la casa, que este año ha sido
distinguido por la revista Decanter
con la medalla de oro y el trofeo al Mejor Champagnon Vintage del mundo, en los
World Wine Awards. Una explosión de aromas frutales y, en boca, recuerdos de
cremosos tipo brioche, maridado con un sabroso Tataki de Salmón.
Para el
segundo espumoso, un delicioso Vintage, más seco que el anterior y criado durante
4 años, con una burbuja muy agradable en boca y aromas tostados se eligió una
Carrillera de Cerdo al Vino Tinto, con la que armonizaban perfectamente.
Junto a
unos Parpadelle con Chili, Soja y Marisco, probamos el Vintage Rosé, un
precioso rosado de burbuja fina y sabores a cereza, fresas y un ligero toque ácido.
Espectacular.
Finalmente
llegó el momento más esperado, cuando Javier Fernández, sumiller y
co-propietario de Los Baltazares, apareció con esas botellas con el fondo plano
y totalmente transparentes como el cristal, como había encargado hacerlas el
Zar, para distinguirlas de las demás por el temor a ser envenenado. Cristal es
un vino de color oro brillante, muy elegante y limpio. En boca es suave con
buena acidez y frescura. En definitiva, un vino de gran equilibrio y armonía, fácil
de beber pero con una finura difícil de igualar, que fue acompañado por un impresionante
Carpacio de Buey.
Poco faltó para que sacaran a hombros a los dos hermanos, chef y sumiller. La noche fue una gran oportunidad de disfrutar del binomio prefecto. Desde luego, esa noche fuimos auténticos privilegiados.
Y acabo con otra frase no menos verdadera:
"En
la victoria mereces beber champagne, en la derrota lo necesitas" Napoleón
Bonaparte ( 1769-1821 )
David Ortega (Grupo Federico Flores)
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